De las vivencias a las experiencias formadoras y transformadoras: potencialidades de las narrativas autobiográficas estudiantiles

Resumen

En este trabajo, reflexionaremos sobre el sentido de las experiencias formativas y la construcción de narrativas autobiográficas en la educación superior. El punto de partida es la premisa de que los seres humanos son seres narradores, que crean una razón narrativa para describir y entender sus propias vidas, a través de procesos de biografización (Delory-Momberger, 2012). La experiencia se comprende aquí como algo que nos forma y transforma (Bondía, 2002), que deja marcas, huellas y saberes. La construcción de narrativas juega un papel central en esta capacidad formadora y transformadora, ya que narrar experiencias fomenta la reflexividad, la reflexión sobre lo vivido. Pensar en las experiencias formativas—de vida, familiares, escolares, profesionales y muchas otras—es pensar en cómo nos convertimos en quienes somos, en quienes deseamos ser y también una oportunidad para resignificar las experiencias (Passeggi, 2011; Josso, 2007). Se trabaja aquí con la idea de topoi, que integra la propuesta metodológica de Delory-Momberger (2012) para la co-construcción del sentido de las narrativas (Pineau, 2006). Se describen y comentan dos autobiografías estudiantiles, que activan ejes explicativos bien distintos. Como resultado, se defiende la riqueza de la libertad narrativa proporcionada por los formatos autobiográficos y la importancia del reconocimiento de la diversidad de proyectos de vida y modos de enfrentar la experiencia universitaria entre los estudiantes. Hay un potencial emancipador para quienes viven la experiencia de narrar su propia vida y, así, amplían su conciencia sobre sus experiencias. Al mismo tiempo, las narrativas autobiográficas pueden ayudar a los docentes a acercarse a la individualidad de los estudiantes y a superar estandarizaciones.